Basta de sólo decir “Basta”, reclamando que las autoridades brinden
soluciones eficientes a la “enfermedad cultural” de los siniestros viales que
padecemos como sociedad.
Es que con solo decir “Basta”,
ubicándonos en una posición de mera expectativa, no nos “comprometemos”. Si
somos “protagonistas” del problema,
necesariamente debemos ser “protagonistas” de la solución. Pero, por favor, que no se convierta en un “cliché”, sino
en una acción de plena conciencia personal.
No estamos negando el reclamo
válido a la autoridad. Pero, a ¿cuál autoridad?. Debemos tener muy claro que en
este “juego del gran bonete” muchos esconden responsabilidades que por
naturaleza les son propias. La responsabilidad primaria, es la de la autoridad
local de la comunidad. Autoridad que en muchos casos se “autodisculpa” en la
afirmación de que no recibe el apoyo de autoridades de jurisdicciones mayores
(provinciales o nacionales). ¿Qué hace nuestra autoridad local por el tema?,
¿Se relevan las consecuencias de la siniestralidad vial en mi comunidad?, ¿Está
previsto en las políticas de acción pública de la comunidad?, ¿Existe
asignación específica en el presupuesto de gestión local?. A partir del
esclarecimiento y determinación de estas preguntas, son válidos los reclamos
hacia arriba. Ayúdate y te ayudaré
reza el refrán…
Lo que analizáramos el 10 de
junio del 2010 a nivel nacional, es aplicable plenamente a nivel local:
Destacábamos la necesidad de trabajar la Seguridad Vial sobre una “mesa apoyada
en cuatro patas”:
1.- VOLUNTAD POLITICA: Asunción
de la temática Seguridad Vial como POLÍTICA DE ESTADO.
2.- EJECUTIVIDAD ESPECÍFICA:
Definición de Autoridad de Aplicación y Coordinación en la materia.
3.- ESTRATEGIA: Elaboración,
implementación y seguimiento de un PROGRAMA DE ACCION
4.- SUSTENTABILIDAD: Asignación
oficial de recursos específicos en el PRESUPUESTO.
¿Están estas “cuatro patas”
presentes en mi comunidad? Sin ellas no hay “mesa” sobre la cual trabajar.
Si voy a decir “Basta” y a reclamar
debo saber qué y a quién.
Y por casa…¿cómo andamos?
Cada integrante de la sociedad
posee (quiera o no) uno o varios roles en la misma. Ya solo como padres ocupamos un rol con
responsabilidades en la educación de nuestros hijos. Educación que se transmite
con palabras pero, por sobre todo, con ejemplo. Vale entonces
preguntarse ¿Qué hacés por la seguridad vial de tu familia?, ¿Les das el
ejemplo caminando o conduciendo por la vía pública, con conductas seguras?, ¿te
asegurás que ellos perciban el riesgo vial, como les enseñaste a percibir el
riesgo eléctrico o el del fuego?.
Si voy a decir “Basta” debo decírmelo a mi mismo. La “caridad” bien entendida empieza por casa.
Finalmente, está la comunidad. «La comunidad es más que una simple
asociación. Es un tipo de unidad de la que los individuos forman parte, no de
un modo instrumental o artificial sino como un valor propio»
(Gordillo, M. - 1996). En ese valor propio (sentido de pertenencia) están
nuestros padres, esposos, hermanos, hijos, nietos, amigos, alumnos, compañeros
de trabajo, vecinos, etc. etc. en un sinfín de roles que tejen un entramado
social expuesto al riesgo. ¿Qué hago yo para evitar o minimizar esa exposición
al riesgo vial?, ¿mis conductas en la vía pública, si no son adecuadas, no
pueden exponerlos a un mayor riesgo?.
La posición que adopte a partir
de las respuestas harán que sea válido o no, decir “Basta”.
Ser “protagonistas” de la
solución en el rol y grado de involucramiento que sea, es lo que construirá la
diferencia cualitativa en lo que haga
y reclame.
Y es fundamental que nos “hagamos
cargo”.
De no hacerlo, nuestros hijos
crecerán en un mundo donde muchos mueran o queden baldados por ACCIDENTES
VIALES capricho de Dios o del Destino y no por actos o condiciones evitables.
Para ellos el ACCIDENTE VIAL será
eso: un ACCIDENTE.
Consejo Directivo ISEV
Dr. Eduardo Bertotti
Director